El Río de Soto, baja desde los gigantes, va serpenteando en la montaña y se reposa, calmo, en las blancas arenas de sus costas. Subiendo su cauce, a 6 km de la ciudad, se encuentra el balneario “La Toma” un lugar único para disfrutar de los cerros y las ollas de agua que se forman entre las piedras. Fauna silvestre y vegetación autóctona hace de este lugar un paraíso para los turistas, donde las caminatas, el trekking y las salidas fotográficas se vuelven irresistibles.
La naturaleza florece y el río juega entre las piedras refrescante… escurridizo baja la montaña presuroso y se conserva puro, sus aguas llenan de vida, cuidamos la vida cuidando su agua. Y así, el círculo perfecto nos nutre de conciencia y de futuro. Te invitamos a disfrutar nuestro verde y nuestro natural espíritu.